07 octubre 2010

UNA GRAN ALEGRÍA


Una gran alegría. Eso sentí cuando esta mañana, por Twitter, me enteré que la Academia Sueca le había otorgado el Premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa. Una enorme alegría y la sensación de que se trata de un premio más que merecido, pero sobre todo muy especial. En primer lugar porque no le fue otorgado por una obra en particular, sino por toda una trayectoria. Y luego porque Vargas Llosa, que ya había recibido el premio Cervantes, el premio Príncipe de Asturias de las Letras, el premio Biblioteca Breve, el premio de la Crítica Española, el Premio Nacional de Novela del Perú y el premio Rómulo Gallegos, todavía no había sido reconocido por quienes cada año otorgan el Premio Nobel. Ahora ya está.

No quiero detenerme en el Mario Vargas Llosa “oficial”, ese que hoy está en la portada de los sitios de Internet de todo el mundo y que mañana será tapa de los diarios. Al que quiera revisar esa información sobre su vida y su obra, le recomiendo la nota que a las 08:00 AM publicó La Nación en su sitio web, titulada “Distinguen a Mario Vargas Llosa con el Premio Nobel de Literatura”. Prefiero en este post hablar del Vargas Llosa que tuve la suerte de conocer.

Como ya dije alguna vez, no tengo relación directa con Vargas Llosa, pero sí una buena relación de amistad con su hijo Álvaro, también escritor y periodista, quien el próximo 26 de octubre estará a Buenos Aires y será uno de los que presente mi libro “Guerra Interna”. Y como consecuencia de esa relación con el hijo, me crucé con él en varias oportunidades, siempre en Argentina, y tuve oportunidad de intercambiar con él un saludo cordial y, una que otra vez, de mantener alguna charla corta sobre el motivo o los temas de su visita.

Lo que puedo decir de él es que se trata de un gran señor. Un hombre alto, de pelo blanco, mirada muy profunda y gesto duro, que está siempre impecablemente vestido. Que inspira respeto. Pero esa imagen esconde a un gran ser humano. No sólo una persona de trato afable y un interesante sentido del humor, sino además un hombre de convicciones firmes, “familiero”, apasionado por todo lo que hace y, sobre todo, sumamente generoso. Es vox populi en España que cualquier peruano que pase por allí tiene abiertas las puertas de la casa de Vargas Llosa y que, si además de peruano es escritor, encontrará en este flamante Premio Nobel un padrino incondicional.

Me consta que Vargas Llosa está siempre evaluando la posibilidad de viajar a Buenos Aires, donde tiene muchos y muy buenos amigos. ¡Ojalá su próxima visita sea pronto! Cierro el post con una simpática entrevista que el sitio web Perú.com le hizo hoy a su hijo Álvaro, donde cuenta los detalles de los primeros momentos luego de que le anunciaran que había sido premiado. El título es “Hijo de Mario Vargas Llosa: ‘Mi padre dedica premio a escritores’” y en el párrafo final, casi a modo de primicia, cuenta que está al salir un nuevo libro de su padre, “El sueño de Celta”. ¡Gran dato!

post signature

1 Comentarios / DEJÁ EL TUYO:

Sarita Vigna dijo...

Excelente tu análisis del premio a Vargas Llosa, también me emocionó y vaya si se lo merece. Nos guste o no, también es cierto el análisis que hizo tristemente de nuestro país, hablando del país que había conocido y el país que tenemos. Lamentablemente es la realidad. Lo siento porque conocí la República y el país que supimos ser, existió. No es casual que Chile, Brasil y Uruguay -hoy tiene otro Mandela por Presidente- nunca pasaron por la situación que vivimos. Lamentablemente sigue siendo un problema de educación y cultura de nuestra sociedad, mucho más visible la carencia en Buenos Aires, Capital que en el interior mismo, donde se respira otro aire, otros valores. Dios nos proteja. ¿Donde presentarás tu libro?
Un gran abrazo,
Sarita Vigna 8-)

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails

Encontrame también en: