EL ERROR DE OLVIDAR A QUIENES FORMAN PARTE DE NUESTRA HISTORIA

Ayer, sábado 17 de julio, se cumplió un nuevo aniversario del nacimiento de Julio Argentino Roca, que fue no sólo dos veces Presidente de la Nación, sino fundamentalmente uno de los hombres que más contribuyó a la organización del país en la segunda mitad del siglo XIX. Alguien podría haber organizado algún acto. Alguien podría haber dicho algo de manera pública. Algún medio periodístico podría haberle dedicado una nota editorial. Pero hasta donde sé, nada de eso ocurrió. Simplemente pasó. Nos olvidamos.

Obviamente el que sabe algo de historia tiene claro que se trata de una figura de nuestra historia a la que algunos veneran, pero que otros critican muy duramente por haber liderado lo que en su momento se llamó “La Campaña del Desierto”. Pero es mi intención tocar este tema en este post. Sobre lo que quiero reflexionar es sobre un tema muy puntual. Sobre lo que siempre llamo “nuestra memoria selectiva”.

Miremos simplemente algo de la obra de Roca. Durante sus años de gobierno continuó el impulso de la obra educadora de Sarmiento sancionando la Ley 1.420, que estableció la enseñanza laica, gratuita y obligatoria, que incorporó la educación rural, la enseñanza para adultos, las escuelas para sordomudos y que modificó los programas y métodos de enseñanza para bajar los índices de analfabetismo. Aseguró la separación efectivamente entre la Iglesia y el Estado, sancionando las leyes de Registro Civil y de Matrimonio Civil, lo que llevó incluso a romper relaciones diplomáticas con el Vaticano. Impulsó la construcción de los ferrocarriles y el desarrollo de las exportaciones agrícolas, medidas que permitieron sentar las bases de un Estado moderno. Unificó el país mediante la Ley de Moneda Común, solucionó los diferendos limítrofes con Chile y, mientras regularizaba el pago de la deuda externa, fijó un principio que aún hoy rige: “los países no usan la fuerza para hacer efectivo el cobro de una deuda”. Y hasta puso en debate el tema de los derechos de los trabajadores, presentando al Congreso de la Nación el primer proyecto de Código de Trabajo de la historia de nuestro país.

No recordarlo como se lo debió haber recordado ayer, equivale a habernos olvidado de recordar a Mitre, a Sarmiento, a Pellegrini, a Irigoyen, a Perón, a Frondizi, o a tantos otros hombres que, de un color político o de otro, contribuyeron con el desarrollo del país. Un lamentable olvido.

Podemos debatir, discutir y hasta pelear por el presente y por el futuro. Pero se debe tener especial cuidado en recordar esas fechas que tienen que ver con la historia del país. Es un error creer que la memoria selectiva es “una forma de hacer justicia”. Los países tienen memoria o no la tienen. Y tener una memoria parcial es lo mismo que no tenerla.