TODAVÍA SEGUIMOS EN ESTADO DE SHOCK

Después de observar con algún cuidado lo que ocurrió a partir de la muerte del ex Presidente Néstor Kirchner, tengo que decir que hay tres cosas que me sorprendieron de manera particular: una de ellas es la reacción de la gente, otra es la actitud de una parte de la prensa y la tercera es la forma en que abordaron el tema los analistas políticos. Veamos caso por caso.

La reacción de la gente fue impresionante y creo que también inesperada. Más allá de lo que uno pueda pensar del ex Presidente, lo que se vio en los medios de prensa oficialistas y opositores fueron miles y miles de personas, de muy variada extracción, conmovidas y doloridas por su muerte. Algunos hablan de movilización forzada, otros de gente que quería cuidar sus prebendas y hasta escuché que “los que no fueron son más que los que fueron”. Yo no sé con exactitud quiénes fueron o por qué fueron. Creo que nadie puede decir seriamente que sabe por qué toda esa gente estaba allí y se mostraba tan dolida. El dato, que al final del día es lo que cuenta, es que eran muchos y que se quedaron mucho tiempo, aún debiendo enfrentar frío, viento y lluvia. Lo que vimos, no es algo que ocurra cada vez que muere un dirigente político importante. Y, sobre todo, no era lo que la mayoría de los analistas hubiese dicho que iba a pasar en el caso que Néstor Kirchner muriera, si alguien les hubiese preguntado. Habrá que darle más vueltas al tema. Porque no es un dato menor. Y porque seguramente nos ayude saber por qué pasó lo que pasó.

También fue impresionante e inesperada, por lo menos para mí, la reacción de un enorme grupo de medios de prensa que, hasta el día en que murió, fueron implacables con el ex Presidente Kirchner. Y en este punto quiero ser bien claro, ya que puede despertar algunas susceptibilidades. Gran parte de la prensa no aceptó ser complaciente con el gobierno que encabeza la Presidente Cristina Kirchner y cuyo “alma mater” era su marido, el ex Presidente. Por esa actitud, ese grupo de medios fue duramente atacado y hasta acosado por distintos sectores oficiales. Pese a ello, nunca dejó de marcar todos y cada uno de los errores que entendía que se cometían desde el poder. ¿Qué les pasó cuando se enteraron de la muerte de Néstor Kirchner? ¿Por qué en lugar de limitarse a relatar con sobriedad y con respeto lo que había pasado, convirtieron sus crónicas en un homenaje que casi no tiene precedentes? ¿Descubrieron que hasta ahora se habían equivocado al tratarlo como lo venían tratando? ¿Creen que la muerte de un ex Presidente obliga a un homenaje como el que se le hizo, más allá de lo que sostenían de su gestión y de su persona hasta el día anterior? Nadie les pidió ni les hubiese pedido una durísima reseña de esa gestión a la que tanto criticaban, que en medio del velorio hubiese sido más un insulto que un trabajo periodístico. Pero lo que hicieron… No sé, creo que es otro tema sobre el cual habrá que reflexionar. Me parece que acá también sería interesante saber por qué pasó lo que pasó.

Y termino refiriéndome a la forma en que la mayoría de los analistas políticos abordó el tema. Hubo casos en que la reflexión sonó a burla. Como cuando comparaban a la Presidente Cristina Kirchner con María Estela Martínez de Perón. Poco serio. Hubo otros que no cayeron en semejante pavada, pero que cayeron en otro error que, a mi entender, es grave: se olvidaron de preguntar y nos bombardearon con afirmaciones que, en la mayoría de los casos, pueden tildarse de meras especulaciones personales. ¿Quién sabe cuál será el gabinete de la Presidente Kirchner la semana que viene? ¿Como saber de qué manera se reagrupará el PJ, si ni siquiera lo saben todavía los propios dirigentes del PJ que aparentemente tienen que reagruparse? ¿Cómo es posible que se hable de las fórmulas que se está manejando en el “kirchnerismo”, si ni siquiera tenían todavía una fórmula mientras vivía Néstor Kirchner? No sé si es correcto decir que esperaba más, ya que en realidad esperaba otra cosa. Esperaba que alguien planteara con cierta lucidez los interrogantes que surgen a partir de esta muerte. Que nos pusiera en blanco y negro las preguntas que tenemos todos. Para luego, sobre la base de datos y conductas objetivas, tratar de encontrar respuestas.

Si más allá de estas reflexiones, alguien me pregunta cuál es mi opinión, la respuesta es “Todavía seguimos en estado de shock”. Falta perspectiva y faltan datos como para aventurarse a pronosticar qué pasará en el futuro.