29 septiembre 2010

PARADOJAS


Hace ya varios meses que la prensa de todo el mundo habla de dos mujeres. Una de ellas es Sakineh Mohammadi Ashtian, la mujer iraní que fue primero flagelada por una “relación ilícita”, luego condenada a morir “lapidada” por cometer adulterio, y que ahora aparentemente morirá en la horca por complicidad en el asesinato de su marido. La otra es Teresa Lewis, una norteamericana que, el 23 de septiembre pasado, fue ejecutada en una prisión en el estado de Virginia, en los Estados Unidos, por haber instigado el asesinato de su marido y de su hijastro.

Veamos qué ocurrió en el caso de la mujer iraní. Ashtian fue inicialmente acusada de mantener una “relación ilícita” con un hombre con el que no estaba casada, aún cuando ya era viuda, cosa que las leyes de su país prohíben expresamente. Se la declaró culpable y se la condenó a ser flagelada mediante noventa y nueve latigazos. Más tarde, se comprobó que las relaciones con ese hombre habían comenzado antes que su marido muriera, lo cual convirtió la “relación ilícita” en “adulterio”, un delito que en Irán, para las mujeres, tiene como pena la “lapidación”. La mujer apeló el fallo y, durante el proceso de la apelación, surgió que había tenido también una relación sentimental con el asesino de su marido, cosa que la convertía en partícipe de su muerte. El dato hizo convirtió el delito de “adulterio” en “homicidio”, que tiene como pena la muerte en la horca. Conclusión, Ashtian no será “lapidada”, sino ahorcada.

Miremos ahora el caso de la mujer norteamericana. Lo de ella no tiene la complejidad del caso de la iraní. Lewis contrató a dos hombres para que asesinaran a sangre fría a su marido y a su hijastro, con el único fin de cobrar su seguro de vida. Sus abogados alegaron primero un alto grado de retraso mental y luego que fue manipulada por los asesinos para participar del asesinato, pero la justicia no sólo rechazó los planteos, sino que además condenó a los dos hombres contratados por ella a cadena perpetua, mientras que a ella la condenó a muerte. Lewis murió tras recibir una inyección letal en la prisión de Greensville.

Dos casos muy parecidos. Dos mujeres involucradas en el asesinato de sus maridos. Una aparentemente por cuestiones amorosas, la otra aparentemente por cuestiones de plata. Dos juicios en los que el tribunal decide condenar a muerte a las acusadas. Una en la horca, la otra a recibir una inyección letal. Dos juicios en donde la opinión pública internacional se opone a que sean condenadas a muerte. En el caso de la iraní hasta el Presidente de Brasil, Lula, ofreció darle asilo, mientras que en el caso de la norteamericana, miles de ciudadanos americanos, incluyendo personalidades como el escritor John Grisham, y hasta representantes de la Unión Europea, le escribieron o llamaron al Gobernador del estado de Virginia para que reemplazara la pena de muerte por cadena perpetua.

¿Dónde está la paradoja? En que las autoridades de uno de los países en que esto ocurre, Estados Unidos, le pide a las autoridades del otro país, Irán, un trato más humanitario para la mujer que ya recibió noventa y nueve latigazos por mantener una relación ilícita, que iba a ser “lapidada” por adulterio, y que finalmente será ahorcada por homicidio. Y en que en ese país que le pidió al otro que actúe más humanamente, la sentencia ya se cumplió, es decir la mujer que había sido condenada allí, ya está muerta.

Mundo loco…

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10 Comentarios / DEJÁ EL TUYO:

Laura dijo...

No hay mucho más que agregar a tu excelente post...el mundo está loco y nosotros hacemos el mundo...o sea...

Beso

Guillermo Donadini dijo...

Esto también prueba que los politicos suelen opinar sobre lo que no saben.

Gabriel Grosman dijo...

La gran diferencia entre el uno y el otro es la existencia de un sistema judicial democratico, donde el estado debe demostrar la culpabilidad del acusado. Esto ultimo sin la utilizacion de metodos de tortura. Mientras que en Iran, los fiscales son los carceleros que torturan para extraer confeciones falsas o hasta llegar al homicidio. Un caso muy claro es el de Sarah Kazemi, fotografa, de doble ciudadania Canadiense- Irani, quien fue torturada hasta la muerte, por haber sacado fotos a una prision desde fuera de la misma. Sobre el caso Norteamericano, sabemos la verdad de lo que paso. Del caso Irani, jamas sabremos la verdad!!!

Debbie Farrell dijo...

viste la pelicula la carretera??? en definitiva alla vamos......

Sergio Alvarez Campos dijo...

Estoy en contra de la pena de muerte , si bien de pronto podemos pensar que en el caso de Iran la causa es "menos justificable" que en el de USA, no deja de ser aborrecible el hecho de que exista, por otra parte Iran es una dictadura teocratica donde uno puede "esperar" que pasen estas cosas y USA una democracia de la cual este es uno de sus lados oscuros, con lo cual en terminos relativos el caso de USA podria ser considerado mas grave, especialmente por que es un pais que opina y presiona a otros paises, como en este caso Iran.

Patricia Siracusano dijo...

Sin ninguna duda el caso de USA no es mas grave es GRAVICIMO

Sergio Alvarez Campos dijo...

Cuando hablo de " mas grave", me refiero al sustento para mantener algo tan retrogrado como la pena de muerte, no hablo del delito.

Patricia Siracusano dijo...

si yo tambien

Sergio Alvarez Campos dijo...

Me alegro que pienses igual, saludos

Sarita Vigna dijo...

Estimado Juanqui, no estoy de acuerdo con la pena de muerte, coincido con tus reflexiones.

Un abrazo,

Sarita Vigna >:o

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