Comentó esta persona que la picadura de una víbora tiene dos aspectos centrales. Uno es la picadura en sí, un momento doloroso y desagradable. Pero el otro, que comienza inmediatamente después de la picadura, es cuando el veneno que la víbora inyectó al picar comienza a circular, afectando a todo el cuerpo de la víctima. Ese, el segundo, es el más grave.
Con la traición de un amigo pasa lo mismo, dijo la periodista. El momento en el que uno es traicionado es doloroso y muy desagradable. Pero lo más grave es el “envenenamiento” que uno sufre después de la traición. Eso que hace que uno quede resentido, malhumorado, casi peleado con la vida, producto de la bronca cuando se mezcla con desilusión.
Lo más interesante fue que, después de asociar la traición de un amigo con la picadura de una víbora, está mujer, muy lúcida, dijo que en ambos casos hay que proceder de la misma manera: aceptar el mal trago de la picadura o de la traición y concentrarse en lo que viene después, es decir en el “envenenamiento”. Porque eso y no lo primero, es lo que termina dañando a la persona.
Me pareció una reflexión sencilla pero profunda. Una de esas cosas más o menos evidente, pero en la que uno nunca se detiene. Y quería compartirlo en el blog.
3 Comentarios / DEJÁ EL TUYO:
muy bueno,, comparar la traicion con la mordedura )))de una serpiente !!!el veneno en el caso de la serpiente se va con remedios !!!!!pero para la traicion no hay ningun REMEDIO PARA EL ALMA !!!!!me quedo con la serpiente !!!!!!! :'(
Buena reflexion
:-D
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