Si uno se toma el trabajo de dar dos o tres pasos hacia atrás para lograr esa perspectiva necesaria para hacer cualquier análisis objetivo, vamos a ver que desde que se inició está última etapa de gobiernos elegidos democráticamente, las cosas han sido siempre más o menos iguales.
Veamos primero el caso de los “entornos” de los gobiernos. Pero así como ahora se dicen las cosas más espantosas de “La Cámpora” o de dirigentes como el Ministro Julio De Vido, Alfonsín tuvo a la “Junta Coordinadora Nacional”, o “la Cordi” y a Enrique Nosiglia, Menem los tuvo a los Yoma y De la Rúa al “Grupo Sushi”. Cada uno, en su momento, fue “lo peor que no pasó hasta ahora”.
Aclaro que aunque está en la foto de las administraciones que hemos tenido desde el ’83 hasta la fecha, no estoy analizando la gestión de Duhalde, ya que fue apenas una administración transitoria.
Pasemos ahora a las decisiones de gobierno. Están en boca de todo el mundo decisiones que este gobierno ha tomado, que a priori parecen estar dentro de lo que permite la ley, pero que irritan a la gente, como fue el caso de la resolución por las retenciones agropecuarias. También son objeto de debate cuestiones cuya legalidad está seriamente cuestionada, como el sonado y reciente caso de la quita de la licencia de Fibertel. Pero Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando De la Rúa también tienen en su haber decisiones tan controvertidas como éstas. Recordemos la Reforma Educativa de Alfonsín, la Ley de Divorcio, el traslado de la Capital Federal o el Juicio a las Juntas en la época de Alfonsín, las privatizaciones o el envío de tropas a la Guerra del Golfo durante la gestión de Menem, o la confiscación de depósitos impulsada por la administración De la Rúa. Cada una de estas decisiones, en su momento, fue puesta como ejemplo de algo que “no tiene precedentes”.
No estoy comparando trasfondos ideológicos ni motivaciones y no estoy fijando una posición política. Simplemente me interesa contribuir a reducir la crispación que hay en el seno de la sociedad, a bajar los decibeles del debate, mostrando que en todas partes se cuecen habas.
Mi reflexión final es que, así como esta administración no es necesariamente “peor” o “más salvaje” que las anteriores, hay una enseñanza que surge de observar lo que pasó desde el ’83 hasta ahora que debería aprovecharse: cada vez que un gobierno impulsó un tema controvertido, ya sea porque enfrentaba a la sociedad o porque su legitimidad era seriamente cuestionada, las cosas no terminaron bien. No es un dato menor.
2 Comentarios / DEJÁ EL TUYO:
El silencio del pueblo es un aviso para el rey. =-X
Juanqui, en la vida todo es cuestion de "graduacion". Ni la Coordinadora, ni la carpa de Menem ni el grupo Sushi fueron tan masivamente atropelladores como el ejercito piquetero de K. Algunas de las decisiones que mencionas fueron muy discutidas, pero no en su legalidad sino en su sentido politico. La ley de divorcio puede ser comparada con el martimonio gay u otras por el estilo pero creo que en ninguno de los casos anteriores se ataco a una empresa en particular (No defiendo a Clarin, tambien esta Shell y otras tantas pero de a una.) estoy contigo que no es el fin del mundo pero convengamos que tampoco es el comienzo de una gran Republica ni de un pais mejor, todo lo contrario. *DONT_KNOW*
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