27 mayo 2010

UNA INTERESANTE CONVERSACIÓN SOBRE LOS ÚLTIMOS 100 AÑOS DE LA HISTORIA

El lunes escribí un post relacionado con el Bicentenario, en el cual destaqué lo “olvidables” que a mi criterio fueron para el país los últimos 100 años, si se los compara con los primeros 100 años de vida. Sin embargo, cuando ayer almorzaba con mi amigo José Sánchez Elía y le comenté esta opinión, me mostró que hay una forma diferente de ver el tema que me parece muy valiosa para comentar en un nuevo post.

Según él, una forma de ver las cosas es enfocarse en los horrores que caracterizaron nuestros últimos 100 años, que en el post del lunes sinteticé como “fraude conservador, golpes de estado, la aparición de esa combinación de ideas vanguardistas, prepotencia y violencia que fue el peronismo, la vergüenza de nuestro papel en la Segunda Guerra Mundial, el odio y la venganza de quienes prometieron “ni vencedores ni vencidos” pero fusilaron impune e ilegalmente a los vencidos, partidos y dirigentes políticos proscriptos y exiliados, fracasos de gobiernos democráticos de una debilidad política extrema y de gobiernos militares pacatos y prepotentes, una década terrible signada por la violencia, el miedo y la muerte, una guerra perdida en Malvinas y un complejo retorno al sistema constitucional.

Ese foco nos muestra también que, como se menciona en el post, luego del retorno a la democracia en el año ’83, la cosa no mejoró demasiado: “La salud, la educación, la justicia, la seguridad, el federalismo y las libertades más elementales, han sufrido en estos años un proceso de deterioro como no hubo otro en toda nuestra historia. También se han dañado irremediablemente nuestra moneda, nuestra reputación y nuestro crédito. Pero además todo el país está mirando hacia atrás, con bronca, buscando revancha, revolviendo trastos viejos, tirándose culpas por la cabeza, tratando de rescribir la historia una y mil veces, perdonando y condenando a conveniencia y sin ninguna vocación de encontrar coincidencias a partir de las cuales construir un futuro.

Sin embargo hay otra forma de ver las cosas, que es poniéndolas en contexto. Y en ese sentido lo que me decía es que en los últimos 100 años Argentina haya sido posiblemente el país en el que mejor se vivió en todo el mundo.

Como seguramente les pasa a ustedes, a mi me sonó exagerado. Pero tratemos de ver las cosas con objetividad, como él las está mirando, y veamos qué es lo que efectivamente pasó en el mundo en estos los últimos 100 años.

Europa vivió dos guerras mundiales en las que murieron más de 100 millones de personas y el continente quedó prácticamente en ruinas. El comunismo provocó decenas de millones de muertes en los territorios de la Unión Soviética y China. Las pandemias azotaron regiones de Asia y África y mataron sólo en España a 20 millones de personas. Los llamados “Movimientos de Liberación” provocaron cientos de miles de muertes para instalar sus gobiernos en América Central. Y Estados Unidos pasó los 36.500 días de esta centuria con tropas desplegadas en algún lugar del planeta.

La verdad es que, mirando sólo esta breve pero contundente enunciación de tragedias ocurridas en el mundo en los últimos 100 años, todo lo que pasó en Argentina no pierde gravedad pero empieza a verse de otra manera. Porque mientras cientos de millones de personas murieron como consecuencia del comunismo, el nazismo, todos los tipos de racismo imaginables, revoluciones o enfermedades pavorosas, en Argentina se recibía a los inmigrantes con los brazos abiertos, el que quería podía trabajar, existía la movilidad social y eran impensables manifestaciones que se llevaran por delante la libertad y la vida con la ferocidad del racismo en Estados Unidos o en África, del nazismo alemán, del fascismo italiano o del comunismo soviético.

Es para pensar, ¿no?

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5 Comentarios / DEJÁ EL TUYO:

sylvina dijo...

este articulo es mas realista. Cuando pensamos que los 100 últimos años estuvieron perdidos, nos olvidamos de nombrar todas las cosas buenas, positivas que tuvimos (que no son pocas): logros científicos, culturales, deportivos, políticos (volver a la democracia a pesar de las complicaciones que trae, está generando nuevos políticos que valen la pena ser escuchados).
Tenemos que dejar el odio, el rencor de lado por los momentos oscuros que vivimos. Tratar de reconciliarnos como pueblo y volver al mundo.
Que el líder sea "el proyecto de Nación", no el político de turno.
Quizá si hacemos como se usa actualmente, una misión, un objetivo y un business plan, podremos prepararnos para honrar un tricentenario más inclusivo, equitativo, etc. ;)

Jota Diez dijo...

Muy interesante Juan Carlos, me gustó mucho.

Sarita Vigna dijo...

Estimado Juanqui: Mil disculpas porque, como te habrás dado cuenta, más que atrasada con el correo. Comparto también la opinión de Lily Roth sobre la última nota registrada que tenés a bien compartir y solicitar opinión. A esta altura ya pasaron los festejos del Bicentenario.. Oré mucho para que fuera en paz y la gente, se movilizó para festejar como siempre hacíamos en el interior y pude volver hacer un tiempito que viví en Barracas, a cantar el himno, emocionarse con Aurora, con nuestros colores azul celeste y blanco (el azul celeste argentino) como suelen expresar en el exterior. Aplaudir a las Fuerzas Armadas, sin que hubiera ningún "desaguisado". Por supuesto la Galería de Próceres que inauguró la Sra. Kirchner, en la Casa Rosada, donde atiende el Presidente de todos los argentinos, que se cuelgue el retrato del Che Guevara me pareció una falta de respeto, a los próceres que recordaron, a los que no recordaron, entre otros a Sarmiento, y a la buena memoria de mi generación. . Volvimos esta semana a recorrer el camino conocido con los Kirchner. Sirva el presente de reencuentro y ahora con monitor nuevo todo está funcionando al pelo.

Un abrazo y el afecto de siempre,

Sarita Vigna

Juanqui dijo...

Gracias Sarita!

Mónica Maturano dijo...

Juanqui,
Este artículo que me parece más equilibrado que lo que sentimos diariamente; me recuerda lo que estaba pensando, exáctamente, hace unos días. Por primera vez me sentí un poco mejor con respecto all resto del mundo - al que le va bien; porque no debemos olvidar la cantidad impresionante de gente que no tiene para comer- haciendo un análisis coincidente con el de José; e incluso acercándolo a estos últimos años en que los desastres económicos que están resultando de este re-acomodamiento mundial no nos han tocado tan fuertemente.
De todas maneras, la realidad política del día a día me atemoriza más de lo que quisiera y no creo que haya modo intelectual de modificarlo.
No encuentro una oposición razonable para el gobierno actual y al mismo tiempo este goza de tanto dinero y deseo de poder que va logrando sus objetivos sin cesar jamás en el intento.
Igualmente me resulta gratificante leer otro modo de ver las cosas y sacudir el aturdimiento y el temor cotidiano.
cariños,
Mónica :-D

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