24 mayo 2010

¿SEREMOS CAPACES...?

Varios seguidores del blog me pidieron que hiciera alguna reflexión sobre el Bicentenario y lo primero que se me ocurrió fue preguntar qué vamos a hacer el próximo 26 de mayo, que es el primer día de los terceros cien años de nuestra historia: ¿seremos capaces de hacer algo para que el “Tricentenario” pueda celebrarse con el júbilo del Centenario y no con la pobreza de este Bicentenario?

Estamos celebrando los doscientos años de nuestra independencia del Rey de España, pero me parece que tenemos que ser brutalmente honestos y separar los primeros cien años de nuestra historia, esos años en los que, con acierto y errores, se construyó y se organizó un gran país, de estos segundos cien años, donde la sociedad argentina literalmente se partió en dos.

Nuestros primeros cien años representaron el levantamiento contra la autoridad del Rey de mayo de 1810, la Independencia, un duro pero necesario proceso organización nacional, la sanción de la Constitución del ‘63, la sucesión de gobiernos enfocados en el progreso, la educación y la expansión territorial, y el enorme prestigio internacional de un país que se construyó con esfuerzo donde prácticamente no había nada.

Todas las celebraciones del Bicentenario se han apoyado sobre esa parte de nuestros doscientos años de historia y no hay que ser un iluminado para darse cuenta que eso ha sido así debido a que estos últimos cien años han sido francamente olvidables.

Este último período había empezado bien. Se sanciona la Ley Sáenz Peña, por la cual se incorporaba al radicalismo a la vida política, oxigenando la vida institucional de un país que no paraba de crecer. Era otra decisión acertada, en línea con lo que se había hecho durante cien años. No teníamos por qué no ser optimistas.

Sin embargo lo que vino después parece una novela de terror: el fraude conservador, golpes de estado, la aparición de esa combinación de ideas vanguardistas, prepotencia y violencia que fue el peronismo, la vergüenza de nuestro papel en la Segunda Guerra Mundial, el odio y la venganza de quienes prometieron “ni vencedores ni vencidos” pero fusilaron impune e ilegalmente a los vencidos, partidos y dirigentes políticos proscriptos y exiliados, fracasos de gobiernos democráticos de una debilidad política extrema y de gobiernos militares pacatos y prepotentes, una década terrible signada por la violencia, el miedo y la muerte, una guerra perdida en Malvinas y un complejo retorno al sistema constitucional.

Y aunque creo que el retorno a la democracia en 1983 tiene prácticamente el valor de una nueva independencia, debo decir también que lo hemos aprovechado bastante poco.

La salud, la educación, la justicia, la seguridad, el federalismo y las libertades más elementales, han sufrido en estos años un proceso de deterioro como no hubo otro en toda nuestra historia. También se han dañado irremediablemente nuestra moneda, nuestra reputación y nuestro crédito. Pero además todo el país está mirando hacia atrás, con bronca, buscando revancha, revolviendo trastos viejos, tirándose culpas por la cabeza, tratando de rescribir la historia una y mil veces, perdonando y condenando a conveniencia y sin ninguna vocación de encontrar coincidencias a partir de las cuales construir un futuro.

Somos un país que está partido en dos. Que está dividido en dos mitades cuya conformación cambia según las épocas y los temas por los que nos toque discutir de manera salvaje. Que es un ejemplo perfecto de anarquía, en donde no existen proyectos, en donde las convicciones son tan flexibles que ya no cuentan y en donde obviamente los valores son apenas una utopía lejana.

Contrariamente a las celebraciones del Centenario en 1910, cuando el país, pero todo el país, festejó alborozado, el Bicentenario que celebramos es solamente formal. Se agregaron otros cien años y sumamos doscientos, pero no hemos agregado nada.

No es lo que queremos escuchar, pero la verdad es que perdimos cien años.

¿De quién es la culpa?

No tengo idea. Pero buscar responsables por cien años de errores y de fracasos me parece no sólo muy complicado, sino además totalmente irrelevante.

Prefiero enfocarme en la pregunta con que empecé este post: ¿seremos capaces de hacer algo para que el “Tricentenario” pueda celebrarse con el júbilo del Centenario y no con la pobreza de este Bicentenario?

Eso es lo que realmente importa ahora.

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5 Comentarios / DEJÁ EL TUYO:

Diego Landi dijo...

El bicentenario de la vergüenza
http://www.landidiego.com/el-bicentenario-de-la-verguenza/

Anonymous dijo...

yo creo que si podemos hacer algo, y es responsabilidad de cada uno de nosotros...Destaco que darse cuenta de nuestros aciertos y fracazos es hoy la piedra angular de un cambio que ya empezo a gestarse en nuestro pais.
Creo que hoy es tiempo de acciones y no de tantas palabras

Sylvina Allende dijo...

Juan, tuviste en cuenta cuando escribías este artículo (muy bueno) que en el centenario el 40% de la población era extranjera? Por un lado 200 años parece mucho (por todo lo que vivimos), pero para un país es muy poco representativo.
Igualmente, después de haber vista la reapertura del Colón (quiero tu comentario) estoy convencida que los últimos cien años nos dormimos y por ende los resultados.
A mi de chica me enseñaron que "Querer es poder" y cada vez que los argentinos quisimos, pudimos ... y mucho!
Saludos ;)

Silvia Julieta Rodriguez Campos dijo...

Muy buena reflexion, gracias.

gonzalo lynch dijo...

El azar es traicionero y muchas veces no esta de nuestro lado. Y lo digo yo, que acabo de perder una horita de mi vida en este blog. La iniciativa es interesante, lo que pasa es que el contenido es muy infantil. O mejor dicho los temas que tocas son entretenidos pero el abordaje que haces es pueril con un marcado apego a una "moralidad revelada'. Te sugiero que hables de frente manteca, ahi te va a ir mejor. No trates de quedar bien con los fans, habla desde adentro. Banca, acabo de leer un frase que esta en otro articulito: "ay temas en los que los fundamentalistas agreden a los que no piensan como ellos".... claro es asi tal cual, sos como mi OSHO.
No quiero dejar de señalar la brillante frase que contiene esta profunda reflexión: "Estamos celebrando los doscientos años de nuestra independencia del Rey de España", Digo asi de onda, te estas adelantando un toque, porque eso va a pasar en el.... si si, hace un esfuerzo, yo se que los sabes.... 2016. Y una ultima: "la sanción de la Constitución del ‘63", que tambien le pifiaste un poquito porque era en el añoo.... dale, dale,.... 1853, quizas te confundiste con la primer reforma que fue en el 69 y cambiaste los numeitos finales.
Bueno nada mas, hace quedar bien a la familia, habla con el corazon!!

Pd: lo del peronismo la dejo pasar, pero me gustaria que me expliques en otro de tus esperados articulos porque lo definiste como: " la aparición de esa combinación de ideas vanguardistas, prepotencia y violencia que fue el peronismo"

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