10 enero 2010

UNA MODESTA DEFENSA DE "LA CALIDAD" DE MI VIDA

BUENOS AIRES, 10 DE ENERO DE 2010.- Mientras todos hablan de Martín Redrado, yo voy a intentar modestamente defender mi calidad de vida.

Esta semana, descansando en el campo, a unos 400 kilómetros de Buenos Aires, se me ocurrió comprar la revista gente.

El resultado de lo que pretendía ser apenas un divertimento liviano en medio de ese paraíso, fue que me sentí poco menos que una piltrafa humana.

A lo largo de páginas y páginas repletas de fotos de gente que disfruta en los lugares de moda este verano, es casi imposible encontrar alguna panza simpática, una cola un poca caída pero muy respetable o algún distraído que con cara de felicidad se aprestara a comer un gigantesco sándwich de milanesa con lechuga, tomate y mayonesa.

Aparentemente son cosas que ya no existen o que dejaron de hacerse.

Lo que encontré en cambio son miles de cuerpos perfectamente trabajados, en los que un estudiante de medicina sin muchas luces podría tomar una varita que haga las veces de puntero y señalar cada uno de sus músculos.

Mido 1,77 metros, peso unos 70 o 71 kilos, pero cuando terminé con la revista miré mi “pancita”, el gin tónic que tenía enfrente, la bandeja con una riquísima combinación de salamín, queso y aceitunas que reposaba sobre la mesa y noté que mis manos empezaban a temblar…

Sin animarme a tocar el vaso ni a entrarle a la picada, pensé si “la calidad” de mi vida no se habría degradado ya sin remedio, convirtiéndome en una bolsa de piel grasosa y brillante, repleta de una combinación de músculos flácidos con partículas de colesterol y de triglicéridos regados en ácido úrico.

“¿Habrá algo que pueda hacer?”, pensé casi aterrado…

La periodista Nora Bär, que sabe mucho y que cubre desde hace años los temas de salud en el diario La Nación, llegó en mi auxilio.

En su nota “No somos perfectos, vivamos un poquito” hace referencia a una nota publicada en The New York Times ("New Health Rule: Quit Worrying About Your Health”) que presenta algunas conclusiones de una médica de la Universidad de California sobre esta suerte de desesperación por lograr supuestos parámetros ideales de salud, con el fin de lograr “calidad de vida”.

Lo que dice la médica de la Universidad de California, que se llama Susan Love, puede resumirse en cuatro conceptos muy concretos.

Primero, la insistencia en parámetros ideales de salud nos convierte a todos en enfermos potenciales, hasta que se demuestre lo contrario, lo cual es ciertamente ridículo.

Segundo, el que puede vanagloriarse de su cintura de avispa o de sus índices de colesterol, seguro que "reprueba" en horas de sueño, visitas al gimnasio o calidad de la dieta.

Tercero, la salud perfecta es un mito y probablemente estemos viviendo de forma más saludable de lo que imaginamos.

Cuarto, no hay que exagerar, hay que dejar de lado la culpa teniendo en cuenta que lo más saludable es alejarse de los extremos, y que hay que proponerse como meta utilizar nuestro cuerpo, divertirnos y vivir un poquito.

¡Obviamente agarré mi gin tónic, brindé por Nora, por la periodista de The New York Times y por Susan, y disfruté de mi primer aceituna!

Creo que el tema de “la calidad de vida” es un tema tramposo.

Hoy este trabajo le pone freno a la moda de entrenar sin pausa para convertirse en una suerte de superhombre o supermujer, capaz de cualquier proeza física.

Pero no tengo dudas que mañana alguien refutará lo que dijo la Doctora Love y volveremos a una instancia parecida a la del “estilo gente”.

Todo en nombre de “la calidad de vida”.

Humildemente, mi idea de “calidad” está más allá de la dureza del abdomen o de la cola.

Estoy convencido que “la calidad” de mi vida tomando un gin tónic, probando algún rico queso y leyendo un cuento de Raymond Carver, es mucho mayor que “la calidad de vida” de ese tipo “magro” que corrió 4 horas durante el día, chupó media naranja, nadó 2 más y a la noche, en el boliche, escucha a Cold Play tomando agua mineral con gas.

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12 Comentarios / DEJÁ EL TUYO:

Graciela Rosana Sosa dijo...

Ahora brindo por vos, por Susan, Nora, & Me y sin culpas me voy a tomar una Guinness que transpira la gota gorda pues sabe ya que le llegó su hora!!!

Ale Silva dijo...

Desde aca apoyo la mocion y brindo... con un plato de Vitel Thone delante!!

Patricia K. Pitaluga dijo...

buenos a disfrutar entonces...x una mejor calidad de vida...Aguanten las milanesas !!!

Patricia Correa dijo...

Me gustò tu blog Juan Carlos...ahora supongo que la revista gente fue como para distracciòn solamente

Juanqui dijo...

Jajaja! Definitivamente!

Mariano Bronenberg dijo...

¡Gracias, Juanqui, esta noche dormiré sin culpas!
"Conservar la salud mediante una dieta exagerada es una fastidiosa enfermedad." La Rochefoucauld

Mónica Maturano dijo...

Si a este malestar de lo "no perfecto" le agregás que los años pasan y, salvo que le dediques a tu cuerpo la cantidad de horas que le dedica Madonna; inevitablemente las consecuencias de haber vivido con el cuerpo puesto, se notan; la sensación es muy parecida al suicidio... En virtud de vivir y, sin llegar a ningún límite ridículo sino, simplemente, cuidar tu salud razonablemente, también brindo por una buena milanesa de vez en cuando (al horno) y disfrutar del maravilloso hecho e vivir. Exitos!!

Santiago B. dijo...

Love is the answer!!!

(Susan Love quiero decir...)

Laura dijo...

Juanqui, no te deprimas ni reprimas tus impulsos irrefrenables de comerte un buen sandwich de milanesa...!!!

Por empezar hiciste mal en comprar esa revista =-X ;)

Que cada uno sea felíz como puede. Que se maten en el gimnasiooooo!!! A mí el gimnasio me mataría.

Comer lechuguita Cholesterol free es para las Tortugas.

Nada mejor que un choripan con chimichurri y llevar los rollitos con la frente bien alta...!

Besitoooo

Martín Carlos Noziglia Mene dijo...

Excelente post, coincido totalmente! Abrazo!

Angie Roytgolz dijo...

Jah! genial tu post!!! las pancitas son lindas, hablan de nuestra capacidad de goce... la próxima compra el National Geographic ;o)

Nidia Fontán dijo...

Juan,
Totalmente de acuerdo y comparto los quesitos, salamines, aceitunas, sólo que las acompaño con un buen Gancia con hielo y limón.
Esta locura es parte del caos actual: será que quieren orirse sanitos?.
Buen descanso
Nidia

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