¿SE VIENE EL AGUA?

El Laboratoire Européen d’Anticipation Politique, uno de los más populares "think tanks" europeos, sostiene que, antes de fin de año, vamos a tener que enfrentarnos a lo que denomina "tres olas monstruosas".

Una a primera "ola del desempleo masivo", luego a una "ola de quiebras en serie" que no se limita sólo a empresas, sino que alcanza incluso a los estados nacionales, y finalmente a la "ola de la crisis terminal del dólar y de la Libra", cuya consecuencia será el retorno a la inflación.

El dato lo obtuve en el muy buen blog que escribe mi amigo Eduardo Razzetti, que se llama "Hablemos de inversiones", que definitivamente recomiendo agregar como favorito.

La gente del LEAP tiene una visión muy negativa de la situación económica global, y sostiene que en los próximos meses la crisis internacional no hará más que agravarse, originando una serie de "convulsiones históricas".

Preven incluso que el fenómeno podría dar lugar a situaciones tan dramáticas como la cesación de pagos de los Estados Unidos y del Reino Unido (leer la nota que publiqué ayer sobre lo que le pasó al Secretario del Tesoro norteamericano en China, puede dar un mejor contexto).

Si bien puede ser un poco complicado de entender para el que no está más o menos metido en temas económicos, voy a tratar de simplificarlo, ya que vale la pena conocer el razonamiento que los lleva a hacer estas afirmaciones.

Veamos.

Según sostienen, entre fines del año 2008 y principios del 2009, los Estados Unidos y el Reino Unido hicieron un colosal esfuerzo financiero, para aportar cientos de miles de millones de dólares a los grandes bancos, que iban indefectiblemente a la quiebra.

El uso de fondos públicos, que en definitiva son los impuestos que recaudan los estados, alcanzó tal grado de impopularidad, que los aportes a los bancos debieron ser abandonado, sin que el problema terminara de resolverse efectivamente.

La solución a la imposibilidad de seguir aportando plata a estos bancos, para evitar que pudieran "caerse", fue promover que la gente volcara su propio dinero al sistema financiero.

Bastó con un mensaje optimista, mostrar precios muy bajos, y ofrecer rendimientos interesantes, para que la gente comenzara de nuevo a comprar acciones o títulos de deuda de los bancos.

En muy poco tiempo, esos bancos que habían recibido fondos públicos, se hicieron de cientos de miles de millones de dólares adicionales, aportados por una multitud de nuevos pequeños accionistas llenos de esperanzas

El problema es que, para los expertos del LEAP, esto no fue suficiente y, en muy poco tiempo, los bancos van a tener que reconocer que están nuevamente insolventes, y la gente se va a dar cuenta que sus acciones o títulos de deuda de esos bancos no valen nada.

Lo que indefectiblemente tiene que ocurrir, es que los gobernantes de las naciones de todo el mundo se encuentren con que los problemas con que se enfrentaron hace apenas 8 o 10 meses, vuelven a presentarse, ya que nunca fueron resueltos, sino más bien "escondidos debajo de inmensas cantidades de dinero público y privado".

En ese momento, el panorama va a ser desolador.

La famosa reforma del FMI y de las instituciones de gobernanza mundial, que el "Grupo de los 20" aprobó en Londres hace algunos meses, mostrarán que no sirvió absolutamente para nada.

El "Grupo de los 8" deberá asumir públicamente que no sabe qué hacer en esta crisis.

El liderazgo de los Estados Unidos ya no será más que la sombra de lo que supo ser, y su principal preocupación será conservar compradores para sus bonos del tesoro.

Y el sistema monetario mundial comenzará a desintegrarse, mientras que los rusos y los chinos hacen su propio juego para tratar de posicionarse de la mejor manera posible para la era "post dólar".

Es lo que los teóricos alguna vez definieron como "el colapso del sistema internacional".

La consecuencia será que cientos de millones de habitantes de América, Europa, Asia y África, van a tener que enfrentarse a una situación empobrecimiento duradero desconocida, cuyas características serán una inflación descontrolada, la pérdida de empleo, las quiebras, la cesación de pagos, y un replanteo de todo aquello que hasta ahora nunca había sido cuestionado.

¿Alguna vez escucharon algo más parecido al apocalipsis?.

¿Realmente puede pasar algo así?.

Confieso que, aunque desde el principio de la crisis me ubiqué del lado de los pesimistas, me cuesta creerlo, por lo menos en la magnitud con la que está descripto.

Por las dudas, tengamos un bote a mano...