En su artículo "Los Bárbaros Modernos" (cuya lectura recomiendo) Kovadloff marca las diferencias de método entre Heidegger y Ortega, comparando a este último con Sócrates y su método de permanente diálogo con la gente como una forma de esclarecer la ignorancia general y la suya propia.
El excelente artículo me llevó a pensar en una posible relación, algo "tirada de los pelos" pero no por eso necesariamente falsa o equivocada, entre Sócrates, Ortega y los que hoy dedicamos parte de nuestro tiempo a escribir sobre los más variados temas en un "blog".
Vayamos de atrás para adelante.
Sócrates, a quien ubicamos alrededor del año 450 AC, tiene una historia interesante.
Dotado de una capacidad de razonamiento poco habitual para la época, descubrió que a quienes se consideraba "sabios", en realidad creían saber más de lo que realmente sabían. Mientras todos estos supuestos sabios creían tener un gran conocimiento, Sócrates era consciente, no sólo de la ignorancia que lo rodeaba, sino además de su propia ignorancia (la frase "sólo sé que nada sé" es de él...).
Frente a esto, se abocó a conversar con la gente común en las plazas públicas. Fingía no saben prácticamente nada y preguntaba mucho. Escuchaba y finalmente les hacía notar sus errores. De esta práctica nació la "mayéutica", un método inductivo que, a través de preguntas simples pero hábiles, le permitía a la gente que conversaba con él sacar conclusiones y resolver los problemas que se planteaban.
A Ortega lo ubicamos entre fines del 1800 y mediados del 1900, es decir fin del siglo XIX y primera mitad del siglo XX.
Este filósofo español se diferencia de sus predecesores porque no recurre a la ampulosidad académica para transmitir su conocimiento, sino que lo hace a través de la prensa, consciente de que la gente sobre la cual le interesa influir lee los diarios. Y el diario es para Ortega lo que la plaza pública fue para Sócrates. Fue un maestro en el arte de relacionar las noticias con las ideas. Fue un escritor entretenido y al mismo tiempo incisivo, provocador y desafiante.
Al igual que Sócrates, Ortega marcó una época y de algún modo "aggiornó" el método socrático adaptándolo a lo que servía más de 2.000 años después la gesta de Sócrates.
Ahora, salvando las enoooormes distancias entre un Sócrates, un Ortega y algún "blogger" de esos que proliferan en millones por la web..., ¿no estamos de alguna manera asistiendo asistiendo a "un método" (nuevo, claro está) de interacción con la gente, buscando transmitir ideas, cuestionar hechos, escuchar opiniones?.
¿No es la web el equivalente a la plaza pública de Sócrates 450 años antes del nacimiento de Cristo o la prensa de Ortega en la primera mitad del siglo XX?.
¿No es la diversidad de los temas que hoy son objeto de análisis, disputa o idolatría en los blogs, algo propio de la "filosofía" en tanto "amor por la sabiduría"?.
A mi me dejó pensando...
No necesariamente los grandes cambios son evidentes a simple vista en el momento mismo en que se producen.
Quizás Internet, con tantas, pero tantas cosas para criticarle, podría ser una base "aggiornada" de las plazas públicas y los diarios que en el pasado generaron el debate de las grandes ideas.
¿Sería bueno, no?.
¿Se imaginan?. Nosotros seríamos los protagonistas!.
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