Y MI HIJA MAYOR TERMINÓ LA SECUNDARIA... (GLUP!)

Hoy es el último día de clases de Delfi, la más grande de mis 6 "bebés".

Juro que hasta el día de hoy cada uno de los sucesivos eventos vinculados al final de las clases eran "más de lo mismo"... Muy lindas, pero más y más reuniones de las tantas a los que uno va cuando tiene tantos hijos, todos en el colegio.

Pero cuando esta mañana estaba dejando en el Jardín a los dos más chiquitos algo adentro me hizo "click!". O "Crack!". No sé, de repente me dí cuenta que Delfi terminaba. Que se acababa una etapa impresionantemente linda, durante la cual pasó y pasamos por cuanta cosa se les pueda ocurrir.

La verdad es que no pensé en el primer día de 1º grado, cuando estrenaba uniforme y parecía una enanita disfrazada. Tampoco en las veces que le tocó ser abanderada o escolta y lo orgullosa que estaba. En sus boletines, en sus amigas, en sus primeros llantos por cosas que le empezaban a pasar afuera de su casa... No pensé ni siquiera en "como vuelan 12 años!".

Por algún motivo me acordé de lo raro que fue para mi terminar el colegio. Porque me quedaba en casa!. Mis hermanos se despertaban, salían para el colegio y yo no. Seguía ahí hasta la hora de ir a la facultad. Y solamente x eso recibía ya un "trato de adulto". Iba de acá para allá por la casa en un horario que no es para chicos, porque están en el colegio. Sentía que me miraban de otra manera...

Me imagino que ella va a pasar por lo mismo!. Ya aprobó su ingreso a la facultad y a la vuelta de las vacaciones estará estudiando para ser abogada. Va a manejar horarios diferentes de los de sus hermanos. Va a estar en la casa cuando los otros no estén. Rarísimo!.

Cuando cumplió 15 nos fuimos los dos juntos durante 10 días a New York. Lo mismo hice con Caro, la segunda, y haré el año que viene con Juan, el número 3. En ese viaje pensé, no sé muy bien por qué, que "ya era grande".

Ahora me doy cuenta que no. Esto es definitivamente más fuerte que un viaje...

Estoy contento, emocionado aunque no soy de emocionarme, a lo mejor algo nostálgico, asustado, aunque no entiendo por qué. Supongo que es normal. O no, pero la verdad no importa...

Puedo hacer una evaluación de "sus 12 años de colegio como hija" y le pongo un 10. Delfi no tiene conmigo cuentas pendientes.

De lo que no soy capaz es de evaluarme como padre en esta etapa. Uno siempre hace las cosas convencido, pero en momentos como este, de reflexión emocionada, quisiera volver atrás y cambiar todo!.

Posiblemente no la reté tanto como debía. Pero tampoco la felicité tanto como merecía, ni le dije que la quería tantas veces como me hubiese gustado, ni la abracé tan fuerte como se abraza a una hija.

No fui el padre perfecto de una hija ejemplar. Pero saben una cosa: me alegro!. Eso quiere decir que todavía queda mucho por hacer y que lo mejor seguramente está por venir.