Lo primero que leí de Borges fue “El informe de Brodie”, una antología de cuentos que se cierra justamente con la obra que le da el título al libro. El cuento que me deslumbró se llama “El Evangelio según Marcos”. Es una breve historia, de no más de 5 o 6 páginas, de un chico de Buenos Aires que viaja al campo y que, durante una inundación causada por las lluvias, mata el tiempo leyendo al capataz y a su familia pasajes de la Biblia. Es fascinante. Porque la historia atrapa sin que uno sepa muy bien por qué. Porque es una composición bien simple pero con pinceladas de talento que hasta el más novato puede percibir. Y porque el desenlace sorprende magistralmente.
“El Evangelio según Marcos” me permitió descubrir a Borges. Me hizo perderle el miedo. Me enamoró. Y como consecuencia de ello me permitió dar por tierra con el mito de lo que muchos llaman “el estilo borgeano”, asociándolo a la literatura compleja y elaborada que sólo es accesible para pocos. No puedo menos que recomendar su lectura a aquellos que todavía no conocen a Borges o que han tenido con él “un mal comienzo” y deben redefinir su relación con el autor. Haciendo CLIC ACÁ pueden acceder a una versión bastante buena.
Ojalá que este cuento les sirva como me sirvió a mí. Acercar a alguien a Borges será el mejor homenaje que pueda hacerle en esta fecha al mejor escritor que dio Argentina.
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“Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esta división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras” JLB
Gracias, Juanqui
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