SNOBISMO INTELECTUAL

“¿Por qué usted insiste tanto en que Europa debe mirar hacia América latina?”. “Sobre todo porque conozco Europa. Desde aquí esto parece una suerte de mitología, pero lo que se ve desde Europa es que en América latina pudieron cambiar cosas en los últimos años. Cambió con la victoria de Lula, con la situación en la Argentina, con Correa, con el mismo Chávez... Soy bastante chavista. Es que aquí algo pasa desde el punto de vista de la democracia sustancial, la gente participa más. ¿Por qué soy chavista? Porque en Venezuela hay una gran participación ciudadana”.

Este diálogo no es una entrevista a alguno de los lugartenientes del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, emitida por la televisión estatal de ese país. Llamativamente, se trata de una entrevista que publicó el último domingo el suplemento “Enfoques”, del diario La Nación, acá en Buenos Aires, en donde el que hace la entrevista es un periodista de esos de raza: Ricardo Carpena, y el entrevistado es Gianni Vattimo, uno de los más lúcidos filósofos de la izquierda italiana, miembro además del Parlamento Europeo. ¡Les prometo que es verdad! El que tenga dudas, puede ver la nota completa haciendo CLIC ACÁ.

Tuve que empezar a leer la nota varias veces. Vattimo no es ni por asomo un improvisado. Es filósofo, un verdadero intelectual de sólida formación, que enseña en universidades en Turín, New York, Los Angeles y Madrid, y que escribe regularmente para medios como La Stampa, Il Manifesto, L'Unità, L'Espresso, El País o Clarín. Integra la Academia Europea de Ciencias y Artes y se ha destacado siempre por esa cuota de irreverencia que caracteriza a un hombre bien formado, de izquierda y gay. Pero muchas de sus frases que, fueron destacadas por Carpena al inicio de la nota, no parecen producto de su inteligencia: "No soy tan fetichista de la democracia formal"; "Puedo tolerar cierta reducción de libertades civiles"; "Justifico un régimen autoritario porque soy realista"; "Lo importante es que la violencia política se limite a lo indispensable"; "Si tengo que tener un caudillo prefiero a Chávez antes que a Berlusconi"; "Estoy contra la tortura, pero matar a Bush cuando hacía la guerra no me parecía mal".

Obviamente en una entrevista a un hombre de la talla de Vattimo hay siempre algo para rescatar, pero me sorprendieron varias cosas. En primer lugar, la poca información que tenía sobre lo que pasa en la región. ¡No sabía siquiera que los Kirchner, que gobiernan desde hace siete años, pertenecen al peronismo! Luego, lo desatinado de su discurso, que dejó de ser irreverente para convertirse en pobre y torpe. Y finalmente la enorme cantidad de contradicciones con que respondió las preguntas del periodista.

No me hace feliz que un hombre inteligente, de izquierda o de derecha, se exponga al punto de hacer el ridículo. Leí la entrevista varias veces buscando esa reflexión, esa idea o esa simple palabra con la que la gente inteligente nos da un mensaje cada vez que habla, pero encontré poco y nada.

Ojalá haya pasado algo que explique todo. Que haya estado en un mal día. Que en el afán de provocar con sus ideas haya hablado más de la cuenta. O que en tren de justificar lo que es difícil de justificar haya caído en una suerte de “snobismo intelectual”. Es algo que les suele pasar a los que son realmente inteligentes. Ojalá… Porque me quedé algo triste.