¿Por qué una
reflexión sobre este tema? Porque veo que los analistas políticos están
demasiado enfocados en la coyuntura y en calificar de “buenas” o “malas” las
decisiones del gobierno nacional, sin concentrarse en datos objetivos que les
permitan establecer qué puede esperarse durante los casi cuarenta meses de
gestión que le quedan a la Presidente Cristina Fernández de Kirchner.
En la
actualidad el Frente para la Victoria, que lidera la Presidente, cuenta, sin
considerar sus aliados permanente, con 129 Diputados Nacionales sobre 257 que
conforman la cámara, y 37 Senadores Nacionales sobre 72 que integran el Senado
de Nación. Tienen mayoría propia en ambas cámaras y que, por consiguiente,
pueden tomar las decisiones que quieran sin que los partidos de la oposición puedan
hacer nada para impedirlo.
La Cámara
de Diputados se renueva por mitades cada dos años. Allí, de los 129 Diputados
Nacionales del oficialismo, 88 fueron electos en las elecciones del año 2011,
en las que el Frente para la Victoria logró un 54% de los votos, y 41 en las
elecciones del año 2009, donde obtuvo apenas un magro 31% de los votos.
El Senado
de la Nación se renueva por tercios cada dos años. Allí, de los 37 Senadores
Nacionales que responden a la Presidente, 17 fueron elegidos en las elecciones
del año 2011, apenas 8 en las elecciones del año 2009 y 12 en las elecciones
del año 2007, cuando el Frente para la Victoria logró un importante 43% de los
votos.
El año
próximo se van a renovar los Diputados Nacionales electos en el año 2009 y los Senadores Nacionales
electos en el año 2007. Es decir de los 41 Diputados Nacionales, elegidos en la peor de las elecciones realizada por el
oficialismo en los últimos seis años, y 12 Senadores Nacionales.
¿Qué puede
ocurrir en esas elecciones?
Obviamente
depende del apoyo que logre la Presidente, pero yo me imagino no más de tres
escenarios.
El primero,
que a mi juicio veo como el menos probable, es que no tenga demasiado apoyo y
obtenga un resultado tan pobre como el que obtuvo en el año 2009. Estamos
hablando de alrededor de un 30% de los votos. En ese caso no perderá
Diputados Nacionales, ya que los que renueva son justamente los que se eligieron ese
año, y, en el peor de los casos, podría llegar a ceder 4 Senadores Nacionales, lo que no afecta su posición en el Congreso.
El segundo,
que creo que es relativamente probable, es que logre un resultado similar al
que obtuvo en el año 2007, cuando fue electa Presidente de la Nación por
primera vez. Esto es entre un 40% y un 45% de los votos. En este caso sumará
legisladores, ya que en el año 2007 con el 43% de los votos había logrado más
de 70 Diputados Nacionales y los que renueva son sólo 41.
El tercero,
que entiendo es bastante probable, es que logre mantener un apoyo similar al
que obtuvo en las últimas elecciones, de alrededor de un 50%. Si lo logra, no
sólo sumará también legisladores, sino que posiblemente logre tener los dos
tercios de los votos en ambas cámaras, que constituyen una mayoría especial que
permite avanzar sin oposición en temas tan relevantes como, por ejemplo, una
reforma constitucional.
El siguiente cuadro muestra de manera sencilla lo que acabo de decir:
¿Es posible que el Frente para la Victoria pierda fuerza en el Congreso de la Nación en las elecciones del año próximo? Como posible, es posible. Sin embargo me parece poco probable. Para que eso ocurra el gobierno nacional debería perder apoyo popular de manera rápida y dramática, pero además debería surgir una fuerza opositora que logre un alto grado de adhesión popular, a efectos de darle una verdadera “paliza electoral”, limitándolo a no más de un 20% o 25% de votos.